SOSPECHOSA LA ACTITUD DEL DIRECTOR DEL FBI.
En las última elecciones de Perú el voto por Keiko Fujimori era un voto uro, que llegó a un tope que no podía ni subir ni bajar se dijera lo que se dijera, o se hiciera lo que sea por bajarlo o subirlo. Pero, en USA el voto para estas elecciones se está haciendo muy volátil, por los vaivenes de los modelos de campaña personal con que las realiza Trump. Diversos estados antes muy inclinados a los republicanos están volcándose más o menos hacia Hillary Clinton. Si se puede decir que en Perú hubo cierta inclinación del JNE hacia K. Fujimori, en USA se ha destapado una poco camuflada inclinación del director del FBI, James Comey (republicano), hacia Trump.
Extraño, muy extraño que tal destape de revisar nuevos correos de Hillary se haga a puertas de cerrar el proceso electoral en Estados Unidos. Malévola información que, sobre algo que recién se va a investigar, y mientras no haya ninguna evidencia de delito observada por parte de la fiscalía, se puede considerar que quien ha cometido delito es el director del FBI, James Comey, por haber VIOLADO LA LEY HATCH QUE PROHIBE A SUS FUNCIONARIOS TOMAR PARTIDO POR NINGÚN CANDIDATO. Dado lo cual la Fiscalía general debe iniciar una investigación por tal hecho con visos y evidencias de delito y sin precedentes, y sobre el cual el autor debe mostrar pruebas e informar a la opinión pública, y a las autoridades competentes como el Senado y el Congreso, por qué hizo tal develación, que se supone debe ser secreta para no entorpecer la investigación si es que se estuviera reabriendo alguna o efectuando alguna otra.
Pero, que tan censurable acto puede hacer daño a Hillary Clinton. Sí, y mucho. Inclusive al proceso electoral y a la credibilidad de las instituciones de los Estados Unidos y sus ejecutivos. Por tan execrable hecho, totalmente político contra la candidata Hillary Clinton y favorable a Trump, a todas vistas, habrá un pequeño porcentaje de electores, entre ellos los indecisos, muy influenciable que ahora dudará en dar su voto a la candidata demócrata, otro que se abstendrá y otro que se volteará hacia Trump, republicano con muchos en su contra. Convirtiéndose a estas alturas el proceso electoral en una carrera que se puede ganar por una cabeza.
Todo porque el corazoncito de James Comey, el director del FBI, sospechosamente se ha delatado improntamente pro Trump. Extraño. Muy extraño. El congreso debería llamarlo y hacerle el interrogatorio correspondiente, como en otros casos, por comportamiento indebido como funcionario del gobierno, que no sólo lo hace con evasores fiscales, etc.
Los electores norteamericanos no deben buscarle tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro. Su ciudadana Hillary Clinton gracias a su voto inteligente será su próxima presidenta. En estos momentos don Trump está recurriendo a todas las armas posibles, sucias y populistas, para llegar al gobierno, creyendo que lo manejara como sus negocios. Los pueblos de los Estados Unidos de Norteamérica no deben dejarse amilanar por el candidato con poco de republicano, partiendo por el principio de que ningún país latinoamericano, africano ni europeo, ni sus presidentes, lo recibirán con buena cara, excepto Rusia con Putin, China y Corea del Norte, comunistas dictatoriales, si llegara a ser, supuesto imposible, presidente.
Los desenterrados y mal manoseados correos de Hillary Clinton, mientras fue Secretaria de Estado, no fueron delito (lo sentenció ya la justicia norteamericana), no pusieron, no ponen ni pondrán en peligro la seguridad de los Estados Unidos, por el simple hecho de que, de haber sido, estar siendo o serían en el futuro dañinos para su gobierno, ya se hubieran dado los daños, hechos que no ocurrieron, no están ocurriendo, ni hay visos de que puedan ocurrir. Si se cometió algún error inconsciente fue de uso de hardware, que no será repetible, si fue de software: se excusó.
“Errare humanum est, perdonare divinum”
Los miembros del Estado de cualquier país del mundo pueden recurrir a usar correos personales privados para sus funciones gubernamentales, a veces transigiendo normas o para evitar procesos burocráticos, engorrosos o susceptibles de filtrarse, pero no lo hacen con fines personales, ni que puedan alterar, obstruir, ni destruir, ni menos complicar decisiones estatales, y jamás nunca lo podrían hacer a tal punto que pudieran poner en peligro a su patria, de todo lo cual son conscientes; aunque esto sí se podría dar en escalas de burócratas inferiores, como fue con los antecedentes previos al ataque a Pearl Harbor, o extraños como los WikiLeaks de Assange, que está develando los correos de Hillary Clinton, cuando fue Secretaria de Estado, que no por ser personales, no dejan ser secreto de Estado, muy diferente al tristemente recordado caso Watergate.
Y tales E. mails son los que están haciendo daño a la candidata Hillary Clinton y a los Estados Unidos, por efecto retardado. Y el candidato Trump, sin ideas de estadista ni de gobierno, como ha demostrado en los debates, se aprovecha de aquellos y se embarra de ellos para echar más leña al fuego, donde sólo hay cenizas, y seguir ensuciando el proceso electoral de los Estados Unidos, añadiéndolos a su fobia por los latinoamericanos, su abrupto acoso libidinoso a mujeres de diversas condiciones, sus graves amenazas a los valiosos inmigrantes para desterrarlos, su discriminación racial y, su peor amenaza, construir un muro fronterizo, nazi fascista, como el de Berlín, y obligar a que México lo pague, todas condiciones que precisamente no son “cualidades” que deban adornar a ningún presidente.
No olvidemos que, cada país tiene el Presidente que se merece.
Sabio o estúpido.
Status sobre los cuales se devane la vida del hombre desde que reaccionó con todas sus capacidades como ser humano racional y, usando los parámetros y la lógica de su inteligencia pensó, creó y probó. Y, equivocándose y acertando, se fue innovando sobre el desarrollo de su propia humanidad y de sus congéneres, luchando todos así por forjarse mejor, desde sus primigenias bases hacia un futuro superior y un destino lo más elevado posible.
Extraño, muy extraño que tal destape de revisar nuevos correos de Hillary se haga a puertas de cerrar el proceso electoral en Estados Unidos. Malévola información que, sobre algo que recién se va a investigar, y mientras no haya ninguna evidencia de delito observada por parte de la fiscalía, se puede considerar que quien ha cometido delito es el director del FBI, James Comey, por haber VIOLADO LA LEY HATCH QUE PROHIBE A SUS FUNCIONARIOS TOMAR PARTIDO POR NINGÚN CANDIDATO. Dado lo cual la Fiscalía general debe iniciar una investigación por tal hecho con visos y evidencias de delito y sin precedentes, y sobre el cual el autor debe mostrar pruebas e informar a la opinión pública, y a las autoridades competentes como el Senado y el Congreso, por qué hizo tal develación, que se supone debe ser secreta para no entorpecer la investigación si es que se estuviera reabriendo alguna o efectuando alguna otra.
Pero, que tan censurable acto puede hacer daño a Hillary Clinton. Sí, y mucho. Inclusive al proceso electoral y a la credibilidad de las instituciones de los Estados Unidos y sus ejecutivos. Por tan execrable hecho, totalmente político contra la candidata Hillary Clinton y favorable a Trump, a todas vistas, habrá un pequeño porcentaje de electores, entre ellos los indecisos, muy influenciable que ahora dudará en dar su voto a la candidata demócrata, otro que se abstendrá y otro que se volteará hacia Trump, republicano con muchos en su contra. Convirtiéndose a estas alturas el proceso electoral en una carrera que se puede ganar por una cabeza.
Todo porque el corazoncito de James Comey, el director del FBI, sospechosamente se ha delatado improntamente pro Trump. Extraño. Muy extraño. El congreso debería llamarlo y hacerle el interrogatorio correspondiente, como en otros casos, por comportamiento indebido como funcionario del gobierno, que no sólo lo hace con evasores fiscales, etc.
Los electores norteamericanos no deben buscarle tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro. Su ciudadana Hillary Clinton gracias a su voto inteligente será su próxima presidenta. En estos momentos don Trump está recurriendo a todas las armas posibles, sucias y populistas, para llegar al gobierno, creyendo que lo manejara como sus negocios. Los pueblos de los Estados Unidos de Norteamérica no deben dejarse amilanar por el candidato con poco de republicano, partiendo por el principio de que ningún país latinoamericano, africano ni europeo, ni sus presidentes, lo recibirán con buena cara, excepto Rusia con Putin, China y Corea del Norte, comunistas dictatoriales, si llegara a ser, supuesto imposible, presidente.
Los desenterrados y mal manoseados correos de Hillary Clinton, mientras fue Secretaria de Estado, no fueron delito (lo sentenció ya la justicia norteamericana), no pusieron, no ponen ni pondrán en peligro la seguridad de los Estados Unidos, por el simple hecho de que, de haber sido, estar siendo o serían en el futuro dañinos para su gobierno, ya se hubieran dado los daños, hechos que no ocurrieron, no están ocurriendo, ni hay visos de que puedan ocurrir. Si se cometió algún error inconsciente fue de uso de hardware, que no será repetible, si fue de software: se excusó.
“Errare humanum est, perdonare divinum”
Los miembros del Estado de cualquier país del mundo pueden recurrir a usar correos personales privados para sus funciones gubernamentales, a veces transigiendo normas o para evitar procesos burocráticos, engorrosos o susceptibles de filtrarse, pero no lo hacen con fines personales, ni que puedan alterar, obstruir, ni destruir, ni menos complicar decisiones estatales, y jamás nunca lo podrían hacer a tal punto que pudieran poner en peligro a su patria, de todo lo cual son conscientes; aunque esto sí se podría dar en escalas de burócratas inferiores, como fue con los antecedentes previos al ataque a Pearl Harbor, o extraños como los WikiLeaks de Assange, que está develando los correos de Hillary Clinton, cuando fue Secretaria de Estado, que no por ser personales, no dejan ser secreto de Estado, muy diferente al tristemente recordado caso Watergate.
Y tales E. mails son los que están haciendo daño a la candidata Hillary Clinton y a los Estados Unidos, por efecto retardado. Y el candidato Trump, sin ideas de estadista ni de gobierno, como ha demostrado en los debates, se aprovecha de aquellos y se embarra de ellos para echar más leña al fuego, donde sólo hay cenizas, y seguir ensuciando el proceso electoral de los Estados Unidos, añadiéndolos a su fobia por los latinoamericanos, su abrupto acoso libidinoso a mujeres de diversas condiciones, sus graves amenazas a los valiosos inmigrantes para desterrarlos, su discriminación racial y, su peor amenaza, construir un muro fronterizo, nazi fascista, como el de Berlín, y obligar a que México lo pague, todas condiciones que precisamente no son “cualidades” que deban adornar a ningún presidente.
No olvidemos que, cada país tiene el Presidente que se merece.
Sabio o estúpido.
Status sobre los cuales se devane la vida del hombre desde que reaccionó con todas sus capacidades como ser humano racional y, usando los parámetros y la lógica de su inteligencia pensó, creó y probó. Y, equivocándose y acertando, se fue innovando sobre el desarrollo de su propia humanidad y de sus congéneres, luchando todos así por forjarse mejor, desde sus primigenias bases hacia un futuro superior y un destino lo más elevado posible.